Hemos dejado de creer en lo que hacemos, de llevar a cabo las ideas que después de la gran guerra afloraron. Nos encontramos ante una realidad repugnante, perseguimos al diferente como si viviéramos en épocas pasadas, creyéndonos que somos la sociedad más avanzada. Demostramos que nuestra inteligencia no se diferencia de la de un prehistórico cavernicola, vivimos para cazar, no nos importa llevarnos vidas por delante. Lo que en aquel momento era carne de mamut hoy es dinero, este juego monetario arrasa vidas como si de un virus se tratase.
Sin economistas, o políticos que se creen economistas, sin base social, somos marionetas de un poder que está por encima de nuestra condición humana. Creemos, erróneamente, que tenemos derechos, pero no nos diferenciamos de lo que el poder llama el "Tercer Mundo". Nos creemos realmente la milonga de que hay varios mundos, es lo que nos quieren hacer creer, que somos distintos para así poder explotar a los países menos desarrollados. Entramos en el juego de la división, de las barreras, entre países, entre continentes, entre la sociedad.
Barreras que nos hacen discriminar al diferente por el mero hecho de no ser igual que nosotros, es un juego con unas reglas inventadas por el poder monetario para explotar a los países menos desarrollados. Somos ajenos a eso, cuando todos tenemos móviles de última generación en las manos. ¿Somos conscientes de los componentes de un teléfono móvil?
Todos los teléfonos móviles y la mayoría de aparatos electronicos necesitan de un componente escaso para su funcionamiento,el Coltán. El principal productor de coltán es la República Democrática del Congo con cerca del 80% de las reservas mundiales estimadas, como este mineral está considerado como un recurso no renovable altamente estratégico, existe una guerra en el Congo desde 1998. La explotación de este recurso ha alimentado conflictos armados entre facciones locales, apoyadas, en algunos casos, por gobiernos extranjeros como el de Uganda. Esto plantea un dilema moral similar al de la comercialización de diamantes de guerra. Otras preocupaciones derivadas de la extracción del coltán pasan por la explotación laboral de los trabajadores que participan en la misma o la destrucción de ecosistemas, pues los principales yacimientos coinciden con los hábitat de gorilas en peligro de extinción.
Así, que recordar como empresas como Apple, Samsung o Sony, se aprovechan de la división que ellos hacen y quieren que nosotros nos creamos. Lo que llaman "Tercer Mundo" está enriqueciendo a grandes multinacionales que se aprovechan de guerras y explotan a trabajadores, como si de la construcción de una pirámide egipcia se tratara, para conseguir sacar su móvil de última generación. Sabed cada vez que miréis vuestro teléfono móvil que una persona puede haber muerto para que nosotros tengamos en nuestras manos un móvil donde podemos twittear.
No hay comentarios:
Publicar un comentario