Es preferible sacrificar la excelencia para ser feliz que no sacrificar la felicidad para ser excelente. Debemos luchar por la mejor nota posible, pero nunca sacrificar nuestra vida y nuestra felicidad. Hay que buscar el equilibrio.
Esto no va de exámenes, va de conocimientos. No va de estudiar, si no de aprender. Los conocimientos se adquieren de muchas formas. Se adquieren en un aula, en un libro o en la barra de un bar. Debemos estudiar lo impuesto de forma justa y lo que nos guste con pasión, porque lo que nos guste si lo aprenderemos, lo impuesto lo olvidaremos.
Debemos quitarnos de la cabeza esa palabra llamada "estudiar". No sirve para nada. Empecemos a usar aprender y de verdad podremos ser felices.
Firmado: Un feliz "aprendiente" patológico y estudiante mediocre.
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